La casa de la ciudad de Barcelona es el nombre que recibe el edificio y sede del Ayuntamiento de Barcelona. La puerta principal se encuentra en la plaza Sant Jaume, el centro histórico de la ciudad (ya lo era en la Barcino romana), justo delante del Palau de la Generalitat de Cataluña.

El edificio ha ido evolucionando a lo largo de los años, ha sufrido ampliaciones y modificaciones hasta llegar a tener el aspecto en que lo encontramos hoy. Aunque puede parecer, la casa de la ciudad no está formada por un único edificio, sino tres: el original, el edificio Nuevo y el edificio Novíssim, interconectados entre sí.

Su origen lo encontramos en 1396, por la necesidad de disponer de un espacio donde se celebraran las asambleas de autogobierno municipal, llevadas a cabo por 100 representantes, el Consejo de Ciento, que dio origen al Saló de Cent. Hasta entonces, este "primitivo" gobierno de la ciudad se había reunido en lugares tan particulares como las escaleras del Palacio Real Mayor, en la plaza del Rey, o el convento de Santa Catalina. En la calle de la Ciudad encontramos la antigua fachada gótica que data del 1399 y que hasta 1847 fue la puerta principal del edificio consistorial. Aquel año se urbanizó la plaza Sant Jaume, y se derribó la iglesia que le ha acabado dando el nombre, al tiempo que se construía la actual fachada principal, de estilo neoclásico y de Josep Mas i Vila. En cuanto al interior del edificio, entre los siglos XV y XVI se fueron construyendo los espacios más emblemáticos, por ejemplo el Salón de Cent, el patio interior, la capilla, la Sala de Elecciones, la Escribanía y el Trentenari. Estas obras las inició Pedro Llobet, que también fue arquitecto y maestro de obras de la Lonja de Mar, uno de los edificios más emblemáticos del gótico civil catalán. En 1928 el arquitecto Antoni Falguera y Sivilla construyó el edificio Nuevo para ampliar el espacio, y en la parte que da a la plaza de San Miguel encontramos la parte más moderna de la casa de la ciudad conocida como edificio novísimo. Este último, es un edificio de quince plantas inaugurado en 1970, con la arquitectura de Lorenzo García-Barbón y Enric Giralt y Ortet y con la decoración de Josep Maria Subirachs.

Las últimas reformas, de 1994, tenían por objetivo mejorar la conexión entre los tres edificios -el antiguo, el Nuevo y el Novísimo. Las llevó a cabo el arquitecto Manuel Brullet Tenas, y aparte de mejorar la conexión también mejoró la armonía entre las tres edificaciones y el resto del barrio, demoliendo las cuatro últimas plantas del edificio Novíssim. La fachada de la plaza San Miguel, fue reformada en torno al año 2000, cuando se produjo el derribo de las plantas altas del edificio Novíssim y las nuevas conexiones con el mismo.

El promotor de las obras, a consecuencia del estado de los paramentos verticales y algunos elementos salientes del edificio Nuevo del Ayuntamiento de Barcelona, ​​plantea al equipo redactor de este documento, la realización de inspección y calas en cornisas, elaboración de un informe de diagnóstico del estado actual y la realización del proyecto de rehabilitación de las fachadas.

El acabado de la planta baja es de piedra, y el resto de plantas altas tienen un revestimiento hecho con mortero bastardo acabado con un estuco de cemento blanco, polvo de mármol y pigmentos con despiece y cromatismo imitando la piedra de Montjuic. Está conformado por un basamento con acolchado y molduras, y el resto de paramentos de fachada es del mismo estuco pero con junta llena.